Os voy a hablar de La vuelta al mundo en 80 días, una de las historias del tan conocido Julio Verne.
Trata de un señor de clase alta llamado Phileas Fogg, quien en el transcurso de una discusión con sus colegas del club les asegura que, con los medios de transporte de que disponen hasta la fecha (estamos hablando de finales del siglo XIX) sería posible dar la vuelta al mundo en un tiempo aproximado de 80 días. Tanto se acalora la conversación que al final acaban apostando si podrá o no hacerlo. El señor Fogg acepta la apuesta, que lo convertirá en un hombre aún más rico si logra el objetivo, y a la mañana siguiente parte desde su casa en Londres rumbo a los más diversos y recónditos lugares del planeta.
Como excusa de la apuesta, Julio Verne nos deleita con una visión del mundo de aquella época; no sólo de sus gentes y costumbres, sino también de lugares, medios de transporte y demás curiosidades de entonces. Y por si aún nos parece poco, nuestro protagonista habrá de librar batalla contra los elementos, los imprevistos y aquellos que desean que fracase, que no serán pocos.
Se trata de un libro de aventuras que, aunque pueda parecer un poco “muermo” por haber sido escrito hace tantos años y tener unas expresiones poco usuales actualmente, consigue atrapar al lector, pues narra una historia llena de acontecimientos, peligros, anécdotas y un largo etcétera que la hacen de todo menos aburrida.
A mi parecer se trata de un libro que merece la pena leer, no sólo ya por el buen rato que nos hace pasar, sino por el montón de cosas que nos permite aprender.
Muy recomendable.
