miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cuando la soledad lo es todo




Os voy a hablar de un libro que leí hace ya un tiempecillo llamado “Robinson Crusoe”, del escritor Daniel Defoe. Trata de un inglés que se embarca en un viaje por mar y que, tras el naufragio del barco, acaba en una isla tropical desierta en la que tiene como únicos recursos para sorevivir su mente y sus manos. Con ellas hará lo necesario para seguir adelante con su vida, haciendo frente a la soledad primero y al hecho de que en realidad no está solo después… aunque mejor hubiera sido así, porque sus vecinos resultan ser peligrosos. Cuando rescate de manos de estos a un nativo, al que llama Viernes, éste se convertirá en su fiel amigo. Y ya no os cuento más que os acabaré estropeando la historia jaja.

El libro es  de principios de siglo XVIII, por lo que hemos de tener en cuenta que su redacción no es la típica a la que estamos acostumbrados. Apenas hay diálogos (lógico, porque el protagonista está solo, pero después, cuando conozca a Viernes, seguirá la cosa igual porque lo que nosotros leemos es el diario de Crusoe). Los acontecimientos se suceden muy lentamente, y hay que armarse de paciencia o nos aburriremos rápidamente y no seguiremos adelante con la historia. Pero si nos la tomamos con calma, nos daremos cuenta de que es bastante buena, original y entretenida, en la que se nos muestran las vicisitudes por las que ha de pasar el náufrago, sus penurias, enfermedades, la soledad y los peligros que le acechan a manos de los habitantes de la isla.

A grandes rasgos os puedo decir que me encantó, aunque eché de menos mayor actividad y tensión, pero hay que entender que para la época en que fue escrito no es la que vivimos nosotros, que ya vamos de vuelta de todo.

Desde mi punto de vista se trata de un libro muy recomendable que no deberíamos dejar de leer.