miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Y este dinero?



Os voy a hablar ahora de un libro que leí hace ya un tiempo y que se llama ‘La citación’, del conocido escritor John Grisham.

Como no podía ser de otra forma, en esta ocasión el protagonista es un abogado de mediana edad, Ray Atlee, profesor universitario cuyo único hermano vive la vida como mejor puede, entre alcohol y drogas. Ambos son un tanto despegados y ambos son citados por su padre, un anciano y afamado juez rural con el que no tienen una relación demasiado estrecha. El problema aparece cuando Ray, al acudir a la cita, descubre que su padre está muerto y que en la casa hay una auténtica fortuna escondida que no habla muy bien de la intachable reputación del fallecido.

Sin saber muy bien qué hacer, Ray irá dando tumbos en un primer momento, sin atreverse a desvelar el secreto y sin saber qué hacer a continuación. Pero no tardará en darse cuenta que hay más gente que sabe de la existencia del dinero… y de que no cejarán hasta conseguir su objetivo.


Y hasta aquí os cuento yo, que luego se estropea la cosa.

Se trata de un libro interesante, ideal para echar unos buenos ratos cómodamente sentados en nuestro lugar preferido y que nos traslada a un lugar diferente a aquel en el que vivimos, lleno de costumbres diferentes a las nuestras pero en el que el dinero manda y el misterio que lo envuelve nos atrapará hasta el fin de la historia.

El desarrollo de acontecimientos es un tanto difícil de comentar. Por una parte el libro comienza con la promesa de un misterio, una trama enrevesada que nos hará leer y leer con tal de descubrir los secretos que se nos ocultan desde las primeras páginas. Sin embargo, a pesar de las apariencias la historia no termina de despegar. Hay algunos momentos muy interesantes que nos atrapan, pero entre ellos también hay muchas páginas muy lentas en las que poco o nada acontece, dejándonos un sabor agridulce conforme vamos avanzando, hasta el punto de ver que el libro se va terminando sin que algo ‘gordo’ o por lo menos impactante vaya a suceder.

Por otra parte, algo que me chocó es que los protagonistas de la historia no tienen ese encanto o atractivo que estamos acostumbrados a percibir en otras historias. La empatía que podamos sentir hacia ellos es muy limitada, y la verdad es que poco nos importa lo que les pase o deje de pasar. Son despegados desde un punto de vista sentimental y familiar, y esa misma sensación nos acaba siendo transmitida a los lectores, que experimentamos pocas emociones conforme vamos asistiendo a los acontecimientos que protagonizan, lo que para mí es algo que le resta puntos.

Sea como fuere, la lectura es amena y entretenida. No se hace pesada, ya que se combina de una forma bastante ágil la narración con los diálogos y se dejan un poco de lado las descripciones, que son suficientemente sucintas como para que la historia no se vuelva demasiado pausada. Además, la escritura es sencilla y todo elemento técnico que aparece acaba siendo convenientemente explicado para que no nos queden dudas al respecto, por lo que en este aspecto hay que darle nuestra aprobación.

Al mismo tiempo, y dado que la novela no es excesivamente larga, se consigue leer sin demasiados contratiempos, y desde luego nos ofrece unos buenos ratos de distracción que nunca están de más.

Eso sí, como habréis podido imaginar no es ninguna obra de arte y al menos en mi caso ha pasado por mis manos sin pena ni gloria; un libro más que he leído pero que no tiene elementos que me despierten un especial interés para volverlo a leer en un futuro.

Comparada con otras novelas del autor la considero bastante más floja y casi prescindible, aunque no por ello es una mala opción.

Por último sólo me queda comentar su precio, que no está nada mal. En librerías lo he visto en tapa blanda por unos 6 euros, por lo que no es que sea caro, aunque si tenemos distintas opciones para elegir no sería la mejor.

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