martes, 2 de noviembre de 2010

Memoria de mis putas tristes: Cuando el amor no tiene edad

Voy a hablar ahora del libro "Memoria de mis putas tristes", del conocidísimo escritor colombiano Gabriel García Márquez.

La historia que se nos cuenta trata de un columnista que, el día de su 90 cumpleaños, pide a una vieja conocida, dueña de un prostíbulo, que le consiga una chica virgen para pasar con ella la noche. Sin ser consciente de ello, aquí comienza una serie de cambios en su vida que la pondrán patas arriba y hará que quien ya no esperaba mucho de su existencia, por andar ya por una edad en la que la muerte está acechando a la vuelta de cada esquina, sienta que cada instante que le queda tiene sentido y merece la pena ser vivido.

Y es que ante la visión de la pequeña desconocida, de su cuerpo desnudo y de la fragilidad que emana, el protagonista comienza a sentir que en su interior se están despertando sentimientos que hasta entonces nunca tuvo, y que lo hacen cambiar por completo su forma de vivir y ver las cosas que suceden a su alrededor.

Al tiempo que esto sucede, el protagonista decide plasmar algunas de sus más relevantes vivencias (entre las que irá destacando sus anécdotas de su larga vida de prostíbulo en prostíbulo) por lo que a lo largo de la historia nos adentramos en algunos momentos significativos de su vida, que se irán entremezclando con los actuales.

Se trata de una historia muy breve, que ronda las 120 páginas y que se lee en unas pocas horas, en una "sentada", como podría decirse, y que si bien tiene elementos suficientes como para catalogarla de genial, tiene otros muchos que la dejan en un simple: "buena, pero las hay mucho mejores". Y es que si bien asistimos a las vivencias del anciano y a cómo se desintegra el mundo en el que siempre ha vivido, transformándose en otro totalmente distinto, hay mucha paja por medio, muchas páginas que apenas si transmiten nada y que parece que estén de relleno más que otra cosa.

Estupenda la forma de escribir, de entremezclar hechos con descripciones, sentimientos y reflexiones filosóficas con una soltura envidiable, pero a mi parecer falla a la hora de presentarnos la historia, que al menos en mi caso la noto fría, distante y para nada tan conmovedora como el protagonista nos lo quiere hacer creer. No digo que no lo sea, pero que a mí no me lo ha conseguido transmitir mientras la iba leyendo.

En resumidas cuentas, se trata de un buen libro (o mejor dicho un buen relato) pero que queda muy lejos de la genial "Cien años de soledad" o de otra novela corta como es "Crónica de una muerte anunciada", por compararla con una de una extensión similar.

Lo recomiendo, aunque sin ser de lo mejor del autor.

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